1. Tener en cuenta el nivel de los lectores, y no editar pasatiempos demasiado fáciles o demasiado difíciles para ellos.
2. Elegir pasatiempos hechos en el país por creadores del país. La aparición de definiciones o palabras que denotan la extranjería es rechazada por los aficionados.
3. Publicar a buen tamaño, pero sin exagerar. En un crucigrama, ocho milímetros es una medida razonable para cada lado de cada casillero. Menos de seis mm o más de un centímetro no resultan recomendables.
4. Las soluciones, el mismo día, ya sea invertidas o en otra página. No es una buena idea que el lector deba esperar a la edición siguiente para verificar una letra o dos. Sin embargo, la solución de algún juego extenso y complejo (por ejemplo, un damero literario dominical) puede dejarse para la semana siguiente.
5. Provocar la costumbre. Cambiar de juego todo el tiempo los hace fracasar. Es mejor repetir el mismo juego hasta que el lector aprenda sus mecanismos y se habitúe a ellos.
6. Ofrecer más de un juego. Un solo crucigrama por día excluye a los no crucigramistas. Combinarlo con un juego visual y una sopa de letras da más posibilidades de enganchar lectores.
7. Evitar los errores. Incluir juegos que desde el vamos no los tengan; verificar siempre la concordancia entre problema y solución; evitar repetir un juego ya publicado. Son factores que agregan credibilidad a la página de entretenimientos.