Hace veinte años comencé a trabajar en La Usina con Mario Tobelem. A su lado crecí profesionalmente y me sumergí en el mundo de la publicidad. La natural afinidad consolidó una aceitada dupla creativa, generadora de campañas que nos dieron satisfacciones y premios. Mario fue mi mentor, compañero y socio. Con el también aprendí a trabajar en equipo, a valorar las buenas ideas y me contagió su pasión por los juegos y la publicidad.
El clima laboral que Mario generaba, era de una constante sinergia creativa, plagada de chistes, situaciones desopilantes, matizadas con charlas profundas y divertidas. Entre ambos sacábamos lo mejor del otro, éramos como el yin y el yang… involucrándonos en el trabajo no se distinguía quién era el Redactor y quién el Director de Arte, nuestros roles eran intercambiables y juntos enfrentábamos los desafíos creativos.
Durante algún tiempo compartimos nuestra vocación docente, dando clases en el Instituto Superior de la Asociación Argentina de Publicidad. Era muy notable el aprecio y respeto que le tenían los estudiantes y demás profesores.
A pesar de su partida, su “energía creativa” sigue viva, ante cada nuevo proyecto de La Usina, en el aula con mis alumnos o en los famosos “cinco propósitos” que escribió para su familia y que se viralizaron tras su muerte. Es imposible olvidar su buen humor, su metodología, su ingenio y su coherencia.
Al estar cerca durante tanto tiempo, fui influenciado por su fuerte magnetismo y “La Usina” funciona. Según las leyes inmutables de la física: la energía no desaparece, solo se transforma. Y la de Mario se expande… se contagia… (como las buenas ideas). ¡Gracias Marito por regalarme tu pasión y tu energía creativa!
Admiración y agradecimiento, a mi increíble coequiper Mario Tobelem (12 de abril de 1949 – 30 de abril de 2018). Marcelo Braz, Director de Arte y Creativo en La Usina.