Entrevista a Mario Tobelem
Conoce todas las aristas del tema porque atravesó todas las etapas. Mario Tobelem es creativo publicitario y creador de juegos: desde el clásico crucigrama en papel hasta la trivia para el celular, su larga trayectoria lo convierte en un experto en el arte lúdico.
Mario Tobelem tiene 59 años y es especialista en juegos. Dirigió revistas de pasatiempos como Mente Ágil y Juegos para Gente de Mente; ha colaborado con medios argentinos y extranjeros del género; publicado libros -“Cómo jugar y divertirse con naipes”-; escrito y producido programas radiales como “La Terraza”; ideado y desarrollado juegos de tablero -“Tactic”, “Winemakers”, “Escuela de Riqueza”-; y múltiples juegos interactivos –como “Crono Móvil”, “Conexiones” y “Climatch”-. Paralelamente es creativo publicitario, enfocado en los últimos años a eventos, concursos y acciones promocionales con componente lúdico, y reconocido profesor de Creatividad.
¿Cómo ve la evolución del juego desde el comienzo de su carrera hasta nuestros días? ¿Considera que la llegada de la tecnología fue en detrimento de los juegos en papel y los de mesa o cree que hay espacio para la convivencia de todas las modalidades?
Cuando se popularizaron las computadoras, los apocalípticos auguraron la muerte del libro de papel. Sucedió lo contrario: hoy hay más libros, fabricados con ayuda de las computadoras y, en buena parte, dedicados a ellas. Lo digital ha expandido a límites increíbles la posibilidad de jugar. Por ahora no ha eliminado ni a las revistas de pasatiempos, ni a los tableros de ajedrez, ni al “Dígalo con mímica”. Pero si lo hiciera, ¿qué?
¿También en esto hay que ser conservacionistas? No es un tema que me desvele. Maravillosos juegos de la antigüedad se han extinguido (algunos han sido reconstruidos arqueológicamente, pero no los juega nadie), y otros maravillosos juegos nos esperan, seguramente, en el futuro.
Como creador de juegos, debe haber tenido que trabajar mucho para actualizarse y acompañar los cambios…
Bueno, no tanto. En el Facebook, donde me siento casi un intruso entre tantos jóvenes, jugamos al Word Challenge, versión digital muy adrenalínica de un clásico juego de anagramas. Muchos entretenimientos “tecnológicos” no son sino adaptaciones de juegos tradicionales de papel o de tablero. Es cuestión de acomodarse a las nuevas herramientas, sin olvidar los propios orígenes: yo me crié con El Estanciero, no con la Atari ni mucho menos con la Play Station. Sin embargo, hay otros juegos que no son remakes, sino originales, impensables en un horizonte no digital. Los de simulación de vuelo, por ejemplo. Por supuesto que trabajo con diseñadores y programadores muy geniales que convierten mis simples ideas en sabrosos eventos interactivos.
¿Qué factores toma en cuenta a la hora de idear un juego, cómo es la “cocina” de este proceso?
En el embrión de todo juego hay un momento de tensión o incertidumbre. Si arrojo esta moneda al aire, ¿saldrá cara o saldrá ceca? ¿Se podrá formar otra palabra con las letras de “Argentino”? ¿Qué temperatura hará en este momento en París? Sobre esta última nimiedad se me ocurrió el Climatch, que ya se puede jugar en el sitio web del Discovery Channel. Me parece un ejemplo bisagra. Se trata, sencillamente, de adivinar la temperatura actual en ciudades clave del planeta. Cuanto más uno se acerca a la temperatura real, más puntos obtiene. Incluso, gastando algunos puntitos, puede pedir ayuda: qué hora es en ese lugar, cuál la presión, cuál la humedad; gastando más puntos, puede enterarse hasta del pronóstico. Este juego funciona porque toda esa información está disponible on line y actualizada al instante. ¿Cómo hacerlo sin Internet?
Ese que podríamos llamar “momento de fuerzas”… ¿sencillamente se le ocurre?
A mis alumnos de creatividad les enseño y demuestro que la inspiración no existe. Toda idea emana de un proceso estudiable y estudiado, aunque sea, en parte, subconsciente. Como mi subconsciente está acostumbrado a estos procesos creativos, a veces una idea de juego parece “asaltarme”. Pero generalmente debo buscar con método y paciencia. Otra veces la idea me es dada o sugerida por quienes me encargan un juego. A partir de ese conflicto o nudo central, hay que pensar todo el resto, en un proceso arduo de resumir. Un primer apunte, pilas de bocetos, borradores de reglamento, ajustes y agregados, detalles mil. Un juego se va moldeando poco a poco. Crucial es, sí, el testeo. Es una etapa ineludible. Los juegos se pulen y mejoran, casi diría se hacen, jugándolos.
Usted desarrolla juegos para productos, promociones y concursos. ¿Cómo es el proceso de creación de un juego a medida para una empresa?
En esto tengo una ventaja diferencial: trabajo en publicidad desde hace treinta años. Sé lo que es un brief, un posicionamiento, un brand character. No tengo un stock de juegos aplicables: en cada caso invento algo ad hoc, original, con identidad y ajustado a la necesidad de comunicación. Entrar en un mecanismo lúdico propuesto por una marca es experimentar esa marca. No lo olvido jamás.